La Ruta del Vino de Toro perfila nuevos paquetes de enoturismo para que los visitantes disfruten de experiencias adaptadas a las normas de seguridad y con aforos limitados
La pandemia frenó en seco los proyectos que la Ruta del Vino de Toro pretendía impulsar para la nueva temporada enoturística, cuyas previsiones eran positivas para la primavera, una de las épocas del año junto con la vendimia preferidas por los aficionados a la vitivinicultura para visitar bodegas, viñedos y degustar vinos de calidad. Las actuales circunstancias han obligado al sector a reinventarse para adaptarse a las nuevas normas de seguridad y atraer a viajeros interesados en descubrir una zona como Toro repleta de atractivos como el intenso sabor de sus vinos y de su gastronomía. Para conseguir estos objetivos, la asociación Ruta del Vino ha aparcado los proyectos que preparaba en marzo para el inicio de la temporada, en el que tenía previsto aprovechar el escaparate de la Semana Santa o de puentes festivos como el del 1 de mayo, y en el que las previsiones en cuanto a reservas de alojamientos y visitas a bodegas o museos “eran bastante buenas”.
Del mismo modo, en las semanas previas a la explosión de la pandemia la Ruta del Vino de Toro planificaba su asistencia a diferentes eventos para promocionar el recorrido enoturístico, tales como las ferias BTravel en Barcelona o Expovacaciones en Bilbao, certámenes que tuvieron que ser cancelados por el coronavirus. Asimismo, la Ruta del Vino ultimaba otras acciones para atraer a más turistas, tales como fletar autobuses del vino para reforzar la asistencia de visitantes en fechas señaladas o colaborar en diversos eventos previstos en la comarca de Toro. El estado de alarma ha obligado a la asociación a modificar sus planes iniciales aunque, como destacaron sus responsables, los objetivos “se mantienen intactos”. Así, la Ruta del Vino de Toro intensificará sus esfuerzos para apoyar a todas las empresas asociadas y mantendrá un contacto permanente con las instituciones públicas para preparar las nuevas medidas de promoción turística.
Aunque el coronavirus ha impedido impulsar las acciones previstas, responsables de la Ruta del Vino también consideran que “ahora más que nunca” hay que trabajar para posicionar el destino como un “lugar tranquilo y seguro”, que se reactivará de manera paulatina en función de las normas que establezcan las autoridades sanitarias y que contribuirá al desarrollo económico de la zona. Para conseguir sus objetivos, la Ruta del Vino mantiene una relación constante con sus cerca de 60 socios a los que facilita información de las novedades del sector o las ayudas habilitadas por las instituciones, aunque también prepara diversas actividades de cara a la reactivación del turismo, tales como un plan de comercialización de experiencias y novedosos paquetes turísticos.
El citado plan se está ultimando “pensando en los visitantes individuales y en actividades limitadas para dar seguridad y tranquilidad al turista cumpliendo todas las normas”, aunque la asociación también “trabaja a diario” para tener todo a punto en el momento en el que el sector pueda retomar la actividad y para posicionar a Toro y a los municipios de la Denominación de Origen como una opción de destino “perfecta y más segura”, sobre todo para los visitantes más cercanos procedentes de Castilla y León en una primera fase y, posteriormente, para los de “nuestros principales mercados”, en alusión a Madrid o el País Vasco.
Por otra parte, la Ruta del Vino considera que el enoturismo será en la “nueva normalidad” una de las mejores opciones posibles para el visitante, porque podrá disfrutar de núcleos rurales y de aforos limitados sin grandes aglomeraciones. En este sentido, responsables de la asociación reconocieron que “somos optimistas” y que el “parón” provocado por la pandemia “nos ayudará a reestructurar las experiencias enoturísticas”. Del mismo modo, consideran que “tenemos muchos puntos fuertes” que se pueden explotar en un futuro, tales como organizar visitas personalizadas a las bodegas o talleres de cata individualizados, propuestas a las que se sumarán otras que aporten alojamientos, restaurantes, bodegas o tiendas y que se pondrán en marcha en colaboración con el Consejo Regulador e instituciones como Ayuntamientos, Diputaciones Provinciales y la Junta. En definitiva, la Ruta del Vino tratará de potenciar sus “puntos fuertes” para que los visitantes disfruten en un futuro próximo de un destino en el que se implementarán las normas de seguridad exigidas para que la experiencia sea inolvidable.
Fuente: www.laopiniondezamora.es