Semana Santa
Quien decide viajar a Zamora para ver su Semana Santa lo hace naturalmente con la esperanza de verse inmerso en el ambiente festivo que se respira en la calle, también con el deseo de participar en la emoción colectiva que transmiten algunas de sus procesiones, porque dejarse envolver por la provincia de Zamora y su Semana Santa, supondrá una feliz experiencia para el viajero.
Pero su satisfacción será casi plena si, con sosiego, descubre los monumentos que ofrecen folletos y guías. Incluso su anhelo se verá colmado cuando descubra, además, los discretos rincones que la provincia esconde. Sin embargo, algo importante le quedará pendiente pues se irá sin haber disfrutado de otros muchos atractivos que habrán estado al alcance de su mano. Nos referimos a todos los que, distribuidos por la provincia, esperan, pacientes, ser descubiertos y pasar a formar parte de esos recuerdos perdurables que tiene el viajero y que valora por encima, incluso, de los que resultaban en un principio previsibles.
No obstante, si no puede visitar Zamora durante la Semana de Pasión, no hay que preocuparse, en Zamora la Semana Santa se vive todo el año. El original Museo de Semana Santa pone a disposición del viajero importantes fondos patrimoniales: 36 grupos escultóricos, túnicas de las diferentes cofradías, elementos procesionales de cada hermandad. Su visita irradia espiritualidad, emoción y fervor. Además numerosas iglesias de la capital y provincia acogen imágenes emblemáticas de los desfiles procesionales. Actos religiosos, conferencias y exposiciones sobre esta festividad religiosa tienen lugar a lo largo de todo el año y los meses previos a la celebración son un hervidero de actividad frenética para los preparativos. Zamora es en definitiva semanasantera.
Una provincia, la de Zamora, extensa y variada, donde las costumbres y tradiciones todavía se mantienen profundamente vivas. Esto mismo sucede, por ejemplo, con las diferentes Semanas Santas que se representan en nuestros pueblos: Toro, Bercianos de Aliste, Alcañices, Fermoselle, Fuentesaúco, Benavente… lugares donde se ofrece otra forma distinta de vivir la Pasión. Pueblos que son portadores de una enorme riqueza etnográfica que pervive, además, a través de otras muchas fiestas populares, cada una de ellas con destacados rasgos de singularidad.
La Semana Santa de la capital, declarada de Interés Turístico Internacional, y las de Toro y Bercianos de Aliste, de Interés Turístico Regional, encabezan el sinfín de estas representaciones que se celebran durante la Semana de Pasión.
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