Cuatro jóvenes zamoranas retoman el proyecto «No pintan nada», iniciativa dirigida a escolares para que aprendan a proteger y querer el patrimonio
Educación y respeto son los dos pilares necesarios para conseguir una correcta conservación del patrimonio. Que Zamora es una de las ciudades más ricas en esa Historia con mayúsculas plasmada a través de sus calles no se le escapa a nadie. Pero ese conocimiento debe perdurar y en el presente está la garantía para cosechar éxitos de cara al futuro. En este caso, el presente está en las aulas y hacia allí va dirigido el proyecto «No pintan nada 2.0». Se trata de una revisión de la iniciativa piloto surgida el pasado año que busca enseñar a los adolescentes zamoranos esa riqueza patrimonial de la capital para que puedan así llegar a quererlo. Un ataque preventivo a posibles actos vandálicos centrado en la pedagogía que a partir de mañana llegará a los colegios e institutos de la ciudad.
Beatriz Barrio y Elena Fernández son dos de las cuatro promotoras de una iniciativa que nació el pasado curso con el ánimo de perdurar en el tiempo y convertirse en referencia. «No pintan nada» es la forma que estas cuatro personas –desde arquitectas hasta restauradoras– han querido utilizar para contribuir al sostenimiento del patrimonio por parte de todos y cada uno de los ciudadanos. Así, al menos, lo explica Beatriz Barrio. «Somos un grupo de cuatro amigos que un día detectamos un problema bastante grave y que no es otro que el deterioro de nuestro Casco Histórico», señala esta arquitecta.
Un deterioro, en efecto, que se puede comprobar a simple vista si el ojo se centra en escrutar los monumentos vandalizados que se suceden por las calles históricas de la capital y que tienen su mayor exponente en las pintadas que, entre otros lugares, se pueden encontrar en la muralla medieval. «Tras constatar lo que estaba ocurriendo, decidimos que teníamos que hacer algo y la forma que mejor nos pareció fue a través de un proyecto con escolares», ahonda Beatriz Barrio. En ese momento nació «No pintan nada», que mañana mismo regresará a las aulas del colegio Santísima Trinidad para su aplicación sobre alumnos de cuarto curso de la Educación Secundaria Obligatoria.
En esta versión 2.0 del proyecto, Beatriz Barrio y sus socios visitarán este centro, así como el Instituto Maestro Haedo y el Colegio Medalla Milagrosa. «Tenemos estructuradas tres sesiones dentro del aula en la que haremos con los alumnos un análisis tanto objetivo como subjetivo del estado de conservación de los edificios, explicando cómo se encuentran y en qué podrían mejorar», detalla la coordinadora de la actividad. «Y también hemos programado una cuarta sesión que consistirá en una salida de campo para que los alumnos puedan ver con sus propios ojos todo aquello que previamente habremos comentado en clase», expresa.
La iniciativa cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Zamora y de la Fundación Científica Caja Rural, quienes se han interesado por el proyecto por su componente puramente divulgativo y la importancia de la preservación del patrimonio en una ciudad como Zamora. En representación de la cooperativa de crédito, Narciso Prieto ha aplaudido la dedicación de estas cuatro jóvenes «por su contribución y su interés de trabajar en Zamora para los zamoranos». María Eugenia Cabezas, concejala de Cultura, ha indicado por su parte que el proyecto puede suponer un punto de inflexión de cara a la reducción de los actos vandálicos que, año tras año, deterioran sobremanera el rico patrimonio de la capital que debe ser protegido desde las administraciones y la propia ciudadanía.
Fuente: La Opinión de Zamora