Benavente y los Valles

 

 

Benavente es la segunda ciudad zamorana en importancia. Se la conoce por su estratégica ubicación en el mapa. Es un nudo de comunicaciones con el noroeste de la península y capitaliza una bellísima y fértil comarca denominada ‘de los Valles’ que atesora un patrimonio arqueológico desbordante. Si la calzada romana de la Vía de la Plata, que coincide con el Camino de Santiago del Sur, es ya una vía asentada, no lo son menos las aulas arqueológicas y los yacimientos del entorno, que se reparten a través de la Sierra de Carpurias.

La ciudad de Benavente ha sido parte importante de la historia española. Adquirió gran relevancia en el año 1398, cuando pasó a los Pimentel, dando lugar a una descendencia nobiliaria -la de los condes duques de Benavente- que se mantendría hasta finales del siglo XIX.

Destacan el Hospital de la Piedad, fundado para alojamiento de peregrinos en 1518 en estilo renacentista, y la Casa del Cervato, una de las casas de la burguesía local que mejor se conservan, fue construida en el año 1881 y hoy acoge las dependencias del Ayuntamiento.

La iglesia románica de Santa María del Azogue es el monumento más emblemático de la ciudad. También románica es la iglesia de San Juan del Mercado.

El actual Parador de Turismo incluye en su edificación la Torre del Caracol, que formaba parte del magnífico palacio-castillo de los Pimentel, del siglo XVI.

 

La Ruta Arqueológica por los Valles de Vidriales, Órbigo y Eria, ofrece una amplia gama de la arqueología, que va desde el Neolítico y primera Edad del Hierro hasta el final del Imperio Romano. En Morales del Rey y Granucillo de Vidriales se visitan los dólmenes de El Tesoro, Las Peñezuelas y San Adrián. En Arrabalde está el dolmen conocido como El Casetón de los Moros y un aula didáctica donde se explica la vida de este pueblo prerromano. Manganeses de la Polvorosa recrea la vida de otro poblado habitado hasta la época romana. En Rosinos de Vidriales se ha recreado el campamento romano que albergó la Legio X Gemina y el Ala II Flavia y Santibañez de Vidriales exhibe el centro de interpretación de los campamentos romanos.

La iglesia de Santa Marta de Tera se construyó a principios del siglo XII y en su portada sur se pueden ver dos figuras en altorrelieve, una de ellas de Santiago Apóstol. El templo es escenario, dos veces al año, del milagro de la luz equinoccial (21 de marzo y 22 de septiembre), cuando la luz ilumina por unos minutos un capitel con motivos bíblicos.

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