Varios pueblos de la zona celebran en Bamba a su patrona en una misa oficiada por el obispo de Zamora
Los pueblos de la Tierra del Vino devotos de la Virgen del Aviso celebraron ayer a su patrona con un entusiasmo especial porque este año contaron con la presencia del obispo de la Diócesis de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán. El prelado presidió los oficios religiosos acompañado por otros sacerdotes de la zona y arropado por los habitantes de los pueblos Arcenillas, Casaseca de las Chanas, Moraleja del Vino,Villaralbo,Villalazán, Sanzoles, Gema y Madridanos, donde el anejo Bamba adquiere un protagonismo destacado al convertirse la iglesia de San Juan el Bosco en el centro de la celebración.
El obispo hizo un llamamiento a la feligresía en el desarrollo de su homilía para que «no se pierda la devoción» existente por una Virgen y Patrona que aglutina en torno a sí a una extensa comunidad que, todos reconocen, no es ajena a los efectos del envejecimiento y de la despoblación.
La festividad de la Virgen del Viso, también denominada del Aviso, comienza en cada pueblo de buena mañana con la celebración de una misa que permite a los fieles que por cualquier motivo no pueden desplazarse hasta Bamba rendir su devoción. Luego es la iglesia de San Juan de este pueblo donde tiene lugar la misa «mayor» y concelebrada, y donde se venera con pasión a la Virgen, que luce sus mejores galas.
El alcalde de Madridanos y presidente de la Mancomunidad de Tierra del Vino, Ángel Sánchez, resaltó ayer que «se nota que la gente tiene devoción a la Virgen del Viso». La leyenda dice que la Virgen del Viso se apareció a pastor, en 1260, y le comunicó que en la iglesia de San Pedro de Zamora se encontraba el cuerpo de San Ildefonso. A partir de ese momento y del hallazgo del Cuero Santo se llamó indistintamente del Viso o del Aviso.
Aunque es un momento adecuado para que los participantes, pertenecientes a pueblos ligados a la agricultura y a los cereales, aprovechen su veneración para implorar por la lluvia y el agua, el regidor de Madridanos considera que «en los campos prácticamente ya está todo hecho», y las cosechas de este año no han agraciadas con el riego requerido.
Muchos fieles de la imagen del Aviso se acercaron hasta ella para cumplir con el beso del manto y demostrar así su fervor. La Virgen vistió ayer el manto de terciopelo verde y bordado que confiere una estampa impoluta y sobresaliente.
Seguidamente fieles, feligreses y devotos de toda condición aprovecharon para conversar en torno a un vaso de vino y un aperitivo porque es un hermanamiento de oro para intercambiar impresiones los de unos y otros pueblos. Grupos familiares y de amigos se sentaron a la mesa con gran apetitivo romero y el sector infantil disfrutó como el que anda libre por la naturaleza.
Fuente: La Opinión de Zamora