Habón Sanabrés
La cocina tradicional zamorana tiene entre sus ingredientes más característicos el habón sanabrés, un tipo de judía blanca caracterizada por su gran tamaño (entre uno y dos gramos) y forma de riñón, ancha, corta, y aplastada. Destaca por su finura al paladar, sin que la piel se distinga respecto al albumen. En la boca resulta suave y compacta, pero poco pastosa; de hecho, su textura se asemeja más a una crema que a una masa de harina. Posee un suave sabor dulce, que recuerda al de las castañas cocidas. Tradicionalmente se recogían a mano desde finales de verano hasta octubre, e incluso diciembre. Las vainas se secaban al sol, y después las propias habas hasta un secado completo. Hoy las prácticas culturales apenas se han modificado; el cultivo se sigue realizando en parcelas muy pequeñas y diseminadas. La actividad económica vinculada al habón sanabrés es muy escasa, ya que es cultivado por pequeños agricultores, muchos de ellos jubilados, que trabajan la tierra por placer y pensando en el autoconsumo. Cuando se comercializa, se hace como complemento de la economía doméstica. El mercado es comarcal, con particulares, restaurantes y turistas como principales clientes.