EN EL ROJO CORAZÓN DE LA DANZA
Golpean los pies, creando ritmos
taconeando
en la madera desnuda del suelo.
El silencio templado de las manos
despierta en el aire
un vuelo ibre de pájaros
que encienden el cielo
y lo iluminan.
Como la infinita y atenta mirada
de los ojos ante el espejo
donde los cuerpos
dibujan una geografía humana
de círculos, de tallos
creciendo sobre la tierra
alzándose junto a la luz
ardiendo bajo la cúpula
en el crepúsculo de las tardes
y de la vida
en el rojo corazón de la danza.
Para Carmen Ledesma
con una estrella de fuego en el alma
Jesús Losada