El estudio promovido por la Confederación Hidrográfica del Duero y realizado por diferentes investigadores contiene «más de 20.000 datos analíticos a lo largo de 21 campañas de muestreo»
El estado ecológico del Lago de Sanabria y su cuenca «es bueno o muy bueno», según los resultados preliminares de un estudio intensivo promovido por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) desde 2015 hasta 2018, en el que han participado diversos centros de investigación públicos, universidades y empresas.
La Confederación Hidrográfica abonó a la Universidad de Salamanca por los trabajos contratados un total de 258.292,65 euros.
El estudio, según informa la CHD, «ha recogido más de 20.000 datos analíticos a lo largo de 31 campañas de muestreo en 42 puntos diferentes del Lago y su cuenca» y «tiene como objetivo determinar la magnitud y los efectos de las presiones a las que se encuentra sometido este ecosistema».
El organismo de cuenca añade que «durante los años 2016 y 2017, el Centro de Estudios Hidrográficos del CEDEX ha examinado los tratamientos de depuración de los cuatro vertidos autorizados que se realizan en la cuenca del Lago de Sanabria, demostrando que la cantidad de nutrientes y materia orgánica que se vierte supone una problemática «modesta» en comparación con otras a las que está sometido este ecosistema acuático».
Sin embargo, precisa «aunque las concentraciones de las sustancias contaminantes analizadas están por debajo de los límites de emisión autorizados, la CHD recomienda no bajar la guardia, pues se han detectado infiltraciones de aguas limpias en la red de colectores y alcantarillado, un problema muy generalizado, especialmente en zonas de montaña y media montaña, que afecta al rendimiento de los sistemas de depuración».
Pone de relieve que «estas primeras conclusiones del estudio señalan que la evolución de los vertidos al Lago desde la entrada en funcionamiento de las Aguas Residuales (EDAR) en el año 1998 hasta la actualidad -tras las actuaciones de mejora de los sistemas de depuración y de las redes de saneamiento realizadas en el año 2014– ha sido muy positiva, pues se ha producido una disminución sustancial en la entrada al Lago de las sustancias establecidas, especialmente de los nutrientes (muy significativa en el caso del fósforo)».
Los resultados constatan, además, una importante reducción de la aportación anual de agua al lago debido a la diminución de las precipitaciones en las últimas décadas y al incremento en la superficie forestal. Esta situación redunda en una menor tasa de renovación de la masa hidráulica.
Los datos obtenidos a lo largo del estudio siguen siendo analizados con el fin de proponer una serie de medidas de gestión en relación con las demás presiones (ganadería, turismo, regulación hidroeléctrica, etc…) existentes en el Lago de Sanabria y su cuenca, encaminadas a mantener a largo plazo su buen estado ecológico, compatibilizando su conservación con una actividad humana sostenible.
La CHD diagnostica desde el año 2006 el estado de este ecosistema siguiendo los estándares establecidos por la Directiva Marco del Agua con el fin de constatar el cumplimiento de los objetivos ambientales establecidos por el Plan Hidrológico del Duero.
El estudio sobre el Lago de Sanabria fue anunciado por el que fuera presidente de la CHD, José Valín «para despejar todas las dudas que han surgido en los últimos tiempos», relativas a los informes y denuncias de la situación emitidos por Europarques, con imágenes del interior del Lago nada comunes hasta entonces.
El convenio de colaboración entre la CHD y la Universidad de Salamanca fue firmado en Valladolid el 3 de diciembre de 2015 y, en los considerandos, se indica que «la CHD está obligada al cumplimiento de la Directiva Europea que entre otros objetivos medioambientales establece el de la consecución de un buen estado ecológico de las aguas». Para ello, deben realizarse «muestreos y análisis de determinados elementos de calidad biológicos, además de parámetros físicos y químicos habituales, entre otros, la composición y biomasa del fitoplacton y la composición y abundancia de flora acuática». Para realizar este trabajo y, además «una intensa labor de educación ambiental, con un lenguaje claro y comprensible» se ha contado con el Área de Ecología del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Salamanca. «Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que sólo se valora aquelle que se conoce y solo se conserva lo que se valora» se apunta en el convenio.
Fuente: La Opinión de Zamora