Finlandia
“Es un ataque contra lo peor que lo masculino puede producir, lo peor de los celos, la paranoia, la amenaza invasiva, pero también es una forma tierna de amar.
Escribí Finlandia de forma brutal. Sin pausa rápidamente, como si quisiera expulsar este texto de mí al igual que había expulsado La clausura del amor o Hermanas. Lo hice para Israel Elejalde e Irene Escolar, cuyos ritmos subterráneos de interpretación conozco perfectamente, así como sus habilidades ultrarrápidas para cambiar de velocidad en una frase. Me conecté con su frecuencia violenta y les hice hablar. Son una madre y un padre que se pelean por la custodia de su hija a partir de ese momento asistimos a la parte más fea de la raza humana pero también es una carga, un ataque contra lo peor que lo masculino puede producir, lo peor de los celos, la paranoia, la amenaza invasiva pero también es una forma tierna de amar a esos hombres perdidos ante la fuerte ola de lo que vienen a arrebatarles afortunadamente las mujeres. Su sitio, su descanso, la desaparición de la distancia entre ellos. Las mujeres lo están retomando todo al fin ganando terreno, recuperando su territorio, poniéndolo todo en cuestión. Y esto esta ola política se siente en lo más íntimo de la palabra en lo más íntimo de los cuerpos que se enfrentan en los segundos que transcurren en una pareja aquí empujada al final de su lógica cada uno defiende su lógica, su camino a la separación o al acercamiento. Son ellos los que deben saber qué está pasando realmente entre los dos. Cómo saber lo que realmente pasa entre las personas, eso es lo que me pregunto siempre sin encontrar una respuesta. Entonces escribo para comprender. Estamos todos, mujeres y hombres, muy perdidos.