La villa se engalana de luces navideñas, los operarios construyen el portal de Belén y crece la demanda de bombones
Los operarios de la empresa Ilumínate desembarcaban, con las primeras luces del día, kilos y kilos de material eléctrico en la Plaza Mayor de Puebla de Sanabria. Comenzaba el montaje de la iluminación navideña. Sin confirmación oficial, ni desde el Ayuntamiento ni de la empresa ni de nadie, los trabajos se iniciaban con la colocación de las cascadas de led en la fachada de la torre –un elemento que tiene mucho que decir en este villancico- para ir recorriendo, sin prisa pero sin pausa, las fachadas de las viviendas del entorno de la Plaza Mayor. A estos vistosos trabajos se sumó alguna empresa y operarios de electricidad de la zona y los trabajadores municipales que puntualmente echaron una mano a los preparativos de decoración. Los operarios municipales simultanearon esta labor con la construcción del portal de Belén en la iglesia de San Pedro, mientras se limitaba el acceso a la Plaza Mayor, que poco a poco se iba envolviendo de regalo «sorpresa».
Por la vía de los hechos se confirmaba en 24 horas que el bombo de led caía íntegramente en la villa de Puebla y la guinda llegaba anticipadamente cuando poco después de las dos de la tarde se armaba el árbol de Navidad y coronaba la estrella amarilla. Desde Comillas, con elegancia, llegaba alguna que otra felicitación y el malestar por la filtración –sí o no- del elegido antes del sábado. Guardar tanto ajetreo en secreto era bastante complicado.
Por la vía de los hechos, continuaba la confirmación extraoficial a primera hora de la tarde. La misma productora que se desplazó para grabar los pueblos seleccionados, empezaba la toma de imágenes de los verdaderos protagonistas de este «show». Los bombones más pequeños y ricos de Sanabria protagonizaban, junto con sus madres y algún padre, la ilusión que se vive estos días en las calles de la villa seguidos por las cámaras de televisión.
La resaca de los bombones animaba las conversaciones de los vecinos que, con los primeros rayos del día, todavía en se debatían entre el sí y el no, tras la subida de tensión en las redes sociales, que a más de uno trajo de cabeza. Para la villa ha sido tal impacto que en los establecimientos de la Plaza Mayor está todo reservado para la cena de «casi Navidad» para asistir al encendido de las cascadas de luz el sábado por la noche. Reservas para grupos, para parejas de Zamora y de más lejos, algún nostálgico hasta vuelve de Madrid por Navidad. «Hasta ahora estábamos más preocupados de votar que de comer» afirmaba Pepe López, un empresario del sector de alimentación que todavía no podía hacer balance de si hay un incremento de ventas en su establecimiento en el Barrio de San Francisco, pero que auguraba «que después del encendido seguro que hay algún aumento, porque es un producto que sale bien y tiene su mercado».
Isabel Pérez Fernández confirmaba que había un aumento en la demanda «de los bombones grandes» aunque todavía es pronto para hacer balance. Esta empresaria emuló una de las pirámides de bombones para enriquecer su escaparate, un trabajo que le proporcionó el placer de ir probando algún que otro bombón. «Comillas es un pueblo bonito» dice Ramón dentro del establecimiento. Desde Puebla no se olvidaban del otro finalista, tal vez conscientes de que detrás de una victoria hay muchas derrotas en los pueblos de interior. Todo el mundo se alegraba de que la empresa promotora vaya a tener un detalle con los vecinos de la cornisa Cantábrica «una iluminación un poco más pequeña, pero que también tengan algo».
La familia Vaquero, otra de las tradicionales en el sector de alimentación, exponía en lugar preferente el surtido de los bombones de moda, como en los establecimientos anteriores el ritmo de venta todavía no es evaluable, a la espera de lo que depare la llegada del fin de semana. Cerrados los comercios y colegios a la hora de la comida, más de uno se escapó a ver la Plaza Mayor. La consigna ayer fue que todo el mundo que apareciera por la Plaza Mayor luciera gorro y bufanda. Para el sábado traje de gala, entre las nueve y las doce, porque no se sabe lo que puede suceder entre tanta bombilla led. Nada está confirmado nada pero todos están avisados.
Fuente: La Opinión de Zamora