La obra religiosa del polifacético artista centra una retrospectiva en la sala de exposiciones temporales del Museo Diocesano
«Es un artista global y un artesano de la pintura». Con estas palabras define el delegado diocesano de Patrimonio, José Ángel Rivera de las Heras, al artista Antonio Pedrero que ayer abrió su primera muestra de arte sacro en el Museo Diocesano, dedicada al sacerdote fallecido José Luis Gutiérrez.
«Obra religiosa de Antonio Pedrero» reúne una veintena de obras, tanto pintura, escultura y dibujo, realizada por el artista desde mediados del siglo XX hasta los primeros años de la actual centuria.
La primera sala del Diocesano alberga desde un grupo de dibujos que Pedrero hizo en su adolescencia a grafito, entre los que llama la atención un tríptico navideño que pintó «magníficamente con solo 14 años». En un segundo apartado aparecen una imagen de la Virgen del Tránsito, facilitada por una colección particular o la sexta estación que hizo para la Cofradía de Jesús del Vía Crucis «donde la mujer es la mujer enlutada de Aliste», subraya Rivera de las Heras. La muestra se completa con un proyecto para la capilla del Cuartel Viriato, el cuadro titulado «El bautismo de Jesús», «una recreación de uno que hizo en una pintura mural para la iglesia de Muga de Sayago» o dos escenas en técnicas mixta sobre papel: una el Voto a la Inmaculada y otra, un boceto del martirio de San Lorenzo, un trabajo planteado para la parroquia homónima capitalina.
Además la Semana Santa tiene presencia a través de una acuarela de las Capas de 1956 o la maqueta del Jesús Nazareno de Congregación sin olvidar monumentos urbanos como el Merlú y sor Ignacia Idoate.
Antonio Pedrero «tiene un universo propio como artista. Se ha centrado siempre en la figuración, con composiciones muy cuidadas y equilibradas. Su colorido es rico y variado con una pincela es minuciosa, muy elaborada y bien empastada», explica el historiador José Ángel Rivera de las Heras que detalló que a partir de ahora el Diocesano alternará una muestra de arte sacro con otra de un artista contemporáneo local.
«Es una retrospectiva emocionante porque ha sido un reencuentro con obras que no veía desde los años en los que lo realicé», indica el autor cuyo primer maestro fue Ramón Álvarez «con sus imágenes de gran realismo». Un tributo a uno de los artistas más conocidos, reconocidos y admirados de la provincia.
Fuente: La Opinión de Zamora